Las desavenencias entre varios de los miembros que conforman el grupo de los 27, sumado al desatino en las políticas dictadas por Bruselas en especial la referida a las sanciones a Rusia y consecuente situación energética de Europa, se han combinado para evidenciar la poca funcionalidad de una Institución que no tiene más que ofrecer a sus miembros.
El horizonte que probablemente tenga el grupo dirigido por Ursula Von der Leyen, es el Federalismo, un paso poco probable toda vez que para ello se necesita una votación unánime y conociendo la posición de Polonia y la de Hungría, más una posible victoria de la derecha en ITALIA pondrían cuesta arriba la continuidad de la UE.
He allí donde radica la importancia de las elecciones adriáticas, para la Unión Europea, y la preocupación que existe en el ala izquierdista de toda Europa ante una hipotética victoria de Giorgia Meloni, misma que provocaría la evolución de Italia pero también un probable final de la la institución de Bruselas.
Se debe recordar que en el mes de abril el entonces Primer Ministro de Italia, Mario Draghi, pidió en una alocución realizada en el seno del organismo, que la Unión Europea debía considerar eliminar la normativa de la votación unánime para tomar las decisiones, y que el grupo “debería dar un paso al frente hacia el Federalismo”.
Ese paso representaría para los 27 miembros renunciar a su identidad nacional, al nombre de los países que pasarían a ser provincias, regiones o Estados, además de someter a los sistemas jurídicos de los diferentes países a un sistema de leyes supra nacional.
El mundo está sufriendo un enorme cambio en este momento y está ocurriendo para bien de la sociedad.
La comunidad internacional espera que estos cambios ocurran lo antes posible para minimizar el sufrimiento y sacrificio que actualmente está padeciendo la humanidad.
Raúl A Díaz
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